Desprendimiento de placenta

¿Qué es el desprendimiento de placenta?

El desprendimiento de placenta, también llamado separación prematura de la placenta, es una complicación grave del embarazo. La placenta se desprende de la pared interna del útero antes del parto. Puede subdividirse en tres tipos conocidos como grados I, II y III, que van de leves a graves. La placenta que se separa de la pared uterina no puede volver a adherirse. El desprendimiento no tratado puede perjudicar tanto a la madre como al bebé. Puede suponer una escasez de oxígeno y nutrientes para el bebé y una fuerte hemorragia en la madre. Las complicaciones están relacionadas con el parto por cesárea, las hemorragias y la prematuridad. Es una emergencia médica.

¿Qué causa el desprendimiento de placenta?

Se desconoce la causa, pero no es hereditaria. Los factores de riesgo son la hipertensión, los traumatismos y los embarazos múltiples. Las anomalías del embarazo llamadas corioamnionitis y polihidramnios también son factores de riesgo. Otros son la edad (menor de 20 años y mayor de 35), la preeclampsia, la diabetes, el tabaquismo, el consumo de cocaína y la ingesta de más de 14 bebidas alcohólicas a la semana durante el embarazo.

¿Cuáles son los síntomas del desprendimiento de placenta?

Los principales síntomas son la hemorragia uterina, las contracciones uterinas anormales y el sufrimiento fetal según las pruebas de laboratorio y la comprobación del corazón del feto. Las contracciones son dolorosas y evidentes. Puede haber debilidad, presión arterial baja, frecuencia cardíaca rápida, dolor abdominal y dolor de espalda. El grado 1 de abrupción incluye una hemorragia leve de la vagina y contracciones uterinas, signos vitales estables y una frecuencia cardíaca fetal estable. La prueba de laboratorio denominada perfil de coagulación es normal. El grado 2 implica una hemorragia moderada, contracciones anormales, presión arterial baja, feto en peligro y perfil de coagulación anormal. El grado 3 es el peor. Implica hemorragias y contracciones graves, presión arterial muy baja, muerte del feto y un perfil de coagulación muy deficiente.

¿Cómo se diagnostica el desprendimiento de placenta?

El médico realiza un diagnóstico a partir de la historia clínica, la exploración física, los análisis de sangre y otras pruebas de laboratorio. Deben descartarse otros trastornos. Se realizará una ultrasonografía abdominal y una monitorización cardíaca fetal continua para comprobar si hay sufrimiento fetal.