Sí-John P H Wilding y Vicki Mooney
La acumulación excesiva de grasa corporal (obesidad) se desarrolla debido a una regulación biológica anormal del equilibrio energético, tiene múltiples complicaciones y debe considerarse una enfermedad. El diccionario de Oxford define la enfermedad como «un trastorno de la estructura o de la función… especialmente uno que produce síntomas específicos… y que no es simplemente el resultado directo de una lesión física».1 La obesidad, en la que el exceso de grasa corporal se ha acumulado hasta tal punto que la salud puede verse afectada negativamente, se ajusta a esa definición, y la Organización Mundial de la Salud la considera una enfermedad desde 1936.2
La obesidad ha aumentado rápidamente su prevalencia y actualmente afecta al 29% de la población en Inglaterra.3 Entre las complicaciones metabólicas se encuentran la diabetes de tipo 2, la enfermedad del hígado graso y los cánceres dependientes de hormonas; son comunes las complicaciones mecánicas de dolor articular, artritis, mayor riesgo obstétrico y apnea del sueño, y la obesidad puede afectar negativamente a la salud mental, en parte debido a la estigmatización.3 Los factores genéticos y ambientales contribuyen a su etiología e influyen en la biología subyacente de la regulación del peso, los lugares de almacenamiento de la grasa y el riesgo de complicaciones.4
Genética
Los estudios en gemelos demuestran que el 40-70% de la variabilidad del peso se hereda. Más de 200 variaciones genéticas influyen en el peso, y las que aumentan el peso son más frecuentes en las personas con obesidad grave5 y menos probables en las personas delgadas.6 La mayoría de estos genes, incluidos los que presentan variantes que causan obesidad de inicio temprano, se expresan en el cerebro y participan en la regulación del apetito.7 La distribución de la grasa, que contribuye al riesgo de complicaciones metabólicas, está influida por genes que se expresan principalmente en el tejido adiposo.8 Así, el peso corporal, la distribución de la grasa, …