El estrés crónico puede manifestarse en el rostro de dos maneras. En primer lugar, las hormonas que su cuerpo libera cuando siente estrés pueden conducir a cambios fisiológicos que impactan negativamente en su piel. En segundo lugar, sentirse estresado también puede conducir a malos hábitos como rechinar los dientes o morderse los labios.

Sigue leyendo para saber más sobre las formas específicas en que el estrés puede manifestarse en tu rostro.

Acné

Cuando te sientes estresado, tu cuerpo produce más cantidad de la hormona cortisol. El cortisol hace que una parte de su cerebro conocida como el hipotálamo produzca una hormona llamada hormona liberadora de corticotrofina (CRH). Se cree que la CRH estimula la liberación de grasa de las glándulas sebáceas que rodean los folículos pilosos. La producción excesiva de grasa por parte de estas glándulas puede obstruir los poros y provocar acné.

Aunque está muy extendida la creencia de que el estrés provoca acné, sólo hay unos pocos estudios que hayan examinado la conexión.

Un estudio de 2017 analizó el efecto del estrés sobre el acné en mujeres estudiantes de medicina de entre 22 y 24 años. Los investigadores encontraron que los niveles más altos de estrés se correlacionaron positivamente con la gravedad del acné.

Un estudio epidemiológico surcoreano de 2011 examinó los posibles factores agravantes del acné en 1.236 personas. Descubrieron que el estrés, la falta de sueño, el consumo de alcohol y la menstruación pueden empeorar potencialmente el acné.

Bolsas bajo los ojos

Las bolsas bajo los ojos se caracterizan por la hinchazón o inflamación debajo de los párpados. Son más comunes con la edad, ya que los músculos de soporte alrededor de los ojos se debilitan. La flacidez de la piel causada por la pérdida de elasticidad también puede contribuir a las bolsas de los ojos.

Las investigaciones han descubierto que el estrés causado por la falta de sueño aumenta los signos de envejecimiento, como las líneas finas, la reducción de la elasticidad y la pigmentación desigual. La pérdida de elasticidad de la piel también puede contribuir a la formación de bolsas bajo los ojos.

Piel seca

El estrato córneo es la capa externa de la piel. Contiene proteínas y lípidos que desempeñan un papel fundamental a la hora de mantener las células de la piel hidratadas. También actúa como una barrera que protege la piel que hay debajo. Cuando el estrato córneo no funciona como debería, la piel puede resecarse y picar.

Según una revisión de 2014 publicada en Inflammation & Allergy Drug Targets, un par de estudios realizados en ratones descubrieron que el estrés deteriora la función de barrera de su estrato córneo y puede afectar negativamente a la retención de agua en la piel.

La revisión también menciona que varios estudios en humanos han encontrado que el estrés de la entrevista y el estrés de la «interrupción marital» pueden ralentizar la capacidad de la barrera de la piel para curarse a sí misma, también.

Erupciones

El estrés tiene el potencial de debilitar su sistema inmunológico. Un sistema inmunológico debilitado puede conducir a un desequilibrio de las bacterias en su intestino y la piel conocido como disbiosis. Cuando este desequilibrio se produce en la piel, puede producirse un enrojecimiento o una erupción.

Se sabe que el estrés desencadena o agrava varias afecciones que pueden causar sarpullidos o una piel inflamada, como la psoriasis, el eczema y la dermatitis de contacto.

Arrugas

El estrés provoca cambios en las proteínas de la piel y reduce su elasticidad. Esta pérdida de elasticidad puede contribuir a la formación de arrugas.

El estrés también puede provocar que se frunzan las cejas repetidamente, lo que también puede contribuir a la formación de arrugas.

Cabello canoso y pérdida de cabello

La sabiduría popular dice que el estrés puede hacer que su cabello se vuelva gris. Sin embargo, hace poco que los científicos han descubierto por qué. Unas células llamadas melanocitos producen un pigmento llamado melanina que da el color al cabello.

Un estudio de 2020 publicado en Nature descubrió que la actividad nerviosa simpática del estrés puede hacer desaparecer las células madre que crean los melanocitos. Una vez que estas células desaparecen, las nuevas pierden su color y se vuelven grises.

El estrés crónico también puede interrumpir el ciclo de crecimiento del cabello y provocar una condición llamada efluvio telógeno. El efluvio telógeno hace que se caiga una cantidad de pelo mayor de lo normal.

Otras formas en que el estrés afecta a su cara

Otras formas en que el estrés puede afectar a su cara incluyen:

• Daños en los dientes. Muchas personas adoptan el hábito de rechinar los dientes cuando se sienten estresadas o ansiosas. Con el tiempo, esto puede causar un daño permanente a sus dientes.
• Disfunción de la articulación temporomandibular (TTM). La TTM es un grupo de problemas de salud que afectan a la articulación donde la mandíbula se conecta al cráneo. Puede estar causada por el apretamiento repetido de los dientes.
• Enrojecimiento de la cara. El estrés puede hacer que cambie sus hábitos respiratorios. Estos hábitos respiratorios pueden hacer que su cara se ruborice temporalmente.
• Dolor de labios. Muchas personas se muerden los labios o el interior de la boca cuando se sienten estresadas.