Desde el día en que tuviste edad para hablar, has tenido la necesidad de control. Dirigir es algo natural para ti. Cuando eras niño, organizabas todos los juegos del barrio en el parque. Cuando creciste, formaste clubes en la escuela y otras actividades en las que otros podían participar. Durante tu carrera laboral, te alineaste con los líderes para poder ascender rápidamente en la empresa y convertirte tú mismo en un líder. Al final, lo conseguiste. Liderar es algo natural para ti, pero ¿hay un precio que pagar? ¿Es posible que tu necesidad de control te esté controlando a ti? Si resulta que es usted un fanático del control, estos útiles consejos podrían ayudarle a disminuir el dominio de su necesidad de control.
Su necesidad de control puede estar controlándole
Para los líderes natos, liderar no es una elección, es un requisito. A los líderes les gusta estar al mando. Aunque el ego puede desempeñar algún papel en el proceso, en realidad se trata de tener el control. Usted cree que si un trabajo se va a hacer bien, tiene que hacerlo usted mismo. Y estás más que dispuesto a hacerlo. Te sientes satisfecho cuando una tarea se completa y cuando la haces tú mismo, sabes que es un trabajo bien hecho.
Aunque eres un trabajador impulsado, motivado e incansable, puede que no seas apreciado por todos. El liderazgo conlleva un estatus, y no todo el mundo aprecia a la persona que recibe toda la atención. Por ello, prepárese para tener algunos detractores. Puede que a otros les resulte difícil trabajar contigo, ya sea porque sus contribuciones nunca se consideran lo suficientemente buenas o porque no les dejas participar en tu proyecto. Al tratar de hacer demasiado por ti mismo, es fácil que te sobrecargues con un volumen de trabajo que puede llegar a ser inmanejable. Aunque el mundo necesita líderes, un poco de flexibilidad de vez en cuando puede ayudar a ganarse el respeto de sus colaboradores, que pueden ayudarle a hacer su trabajo de forma aún más eficaz.
Cómo disminuir el dominio del liderazgo
A veces es difícil para los líderes ceder el poder y la autoridad. Pero a veces es necesario para la mejora del equipo. A continuación encontrará cinco maneras de ayudar a liberar su estrecho control sobre el liderazgo y dejar que su equipo brille.
- Esté dispuesto a dejar que otros le ayuden. Tienes un equipo por una razón, ¡úsalo! Aunque usted crea (y posiblemente incluso tenga razón) que puede hacer el trabajo mejor que nadie, eso nunca cambiará a menos que deje que los demás lo intenten y a veces fracasen, para que puedan aprender lo que usted sabe.
- Pida la opinión de los demás – y póngala en práctica. Al pedir la opinión de otros miembros de su personal, les está haciendo participar y mantener su interés. Las personas tienen diferentes perspectivas y puntos de vista. Alguien puede ver un problema o una solución desde un ángulo que usted simplemente no ha considerado. Involucrar a estas personas no sólo le dará recursos adicionales, sino que podría ayudar a descubrir la respuesta perfecta a una solución que ha estado buscando.
- Deje que un no líder dirija. Si quiere que alguien se convierta en un gran líder, tiene que ponerlo en una posición en la que pueda tener éxito. La única manera de conseguirlo es tener experiencia. La experiencia es el mejor maestro, porque incluye un cierto nivel de fracaso y cuando fracasas, aprendes. Deje que su gente fracase para que pueda aprender a tener éxito. Deje que alguien que tradicionalmente no dirige una reunión esté al mando de vez en cuando. Se sorprenderá de lo bien que responden.
- Conviértase en mentor. Si le gusta dirigir, hágalo de una de las maneras más significativas posibles: siendo un mentor. Usted aprendió las cuerdas a través de la experiencia de la vida real. Ayuda a transmitir esa experiencia a otros para que puedan ascender a tu posición algún día. No quieres trabajar para siempre, ¿verdad?
- Da un paso atrás. Ya sea que signifique delegar ciertas tareas o tomarse unas vacaciones, elimine a propósito al menos una tarea que esté acostumbrado a hacer regularmente. Haga que esa tarea se convierta en el cargo de otra persona. Enséñele la forma correcta de hacerla y luego lávese las manos. Esto no sólo les enseñará nuevas habilidades, sino que le estará enseñando a usted una importante lección de vida: el arte de delegar.
Recompensas por compartir el control
Una vez que suelte, la dinámica empezará a cambiar. Empezarás a recibir más y más aportaciones de otros miembros de tu equipo porque se sentirán capacitados. Comenzará a ver nuevas perspectivas que aportarán nuevas ideas y diferentes formas de pensar. Con el tiempo, empezarás a ver que tu equipo puede hacer las cosas que antes creías que sólo tú eras capaz. Empezará a confiar en el equipo. La experiencia le mostrará que el uso del enfoque de equipo le proporciona un resultado final más equilibrado y, lo que es muy importante, le da un respiro y un poco de tranquilidad. Ahora puede tener tiempo para hacer otras cosas, como relajarse y divertirse.
Pensamientos finales
Ser líder es un don natural. Pero hay una diferencia significativa entre ser un líder y ser un fanático del control. Una parte muy necesaria de la gestión de cualquier empresa es ser capaz de confiar en su personal y sentirse seguro de que pueden hacer lo que usted necesita que hagan. Puede que ceder el control no resulte fácil al principio, pero una vez que empiece a ver resultados positivos, será cada vez más fácil. Estará deseando delegar tareas y utilizar ese tiempo para hacer otras cosas, como tomarse un día libre, un fin de semana largo o unas vacaciones completas a ese destino exótico que nunca ha tenido tiempo de visitar porque estaba demasiado ocupado siendo un fanático del control todos estos años. Haz que hoy sea el día en que empieces a aflojar el control del poder y permitas que tu equipo prospere.