Objetivos/hipótesis: Se recomienda una dieta baja en ácidos grasos saturados y rica en cereales integrales, verduras y frutas para reducir el riesgo de obesidad, enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, existe un interés generalizado por las alternativas de alto contenido en grasas («dieta Atkins») y en proteínas («dieta de la zona») al enfoque convencional de alto contenido en carbohidratos y fibra. Informamos sobre un ensayo aleatorio que comparó estos dos enfoques alternativos con una dieta convencional en mujeres con sobrepeso resistentes a la insulina.
Métodos: Noventa y seis mujeres normoglucémicas y resistentes a la insulina (IMC >27 kg/m(2)) fueron asignadas al azar a una de las tres intervenciones dietéticas: una dieta alta en carbohidratos y fibra (HC), la dieta Atkins alta en grasas (HF) o la dieta de la zona alta en proteínas (HP). El enfoque experimental se diseñó para imitar lo que podría lograrse en la práctica clínica: las recomendaciones incluían consejos sobre la elección de alimentos y no eran prescriptivas en términos de energía total. Hubo fases supervisadas de pérdida y mantenimiento de peso (8 semanas cada una), pero no hubo contacto entre el equipo de investigación y los participantes durante las últimas 8 semanas del estudio. Los resultados se evaluaron en términos de composición corporal e indicadores de riesgo cardiovascular y de diabetes.
Resultados: El peso corporal, el perímetro de la cintura, los triglicéridos y los niveles de insulina disminuyeron con las tres dietas pero, aparte de la insulina, las reducciones fueron significativamente mayores en los grupos HF y HP que en el grupo HC. Estas observaciones sugieren que las dietas populares redujeron la resistencia a la insulina en mayor medida que el consejo dietético estándar. En comparación con la dieta HC, las dietas HF y HP produjeron reducciones significativamente mayores (p<0,01) en varios parámetros, como la pérdida de peso (HF -2,8 kg, HP -2,7 kg), el perímetro de la cintura (HF -3,5 cm, HP -2,7 cm) y los triglicéridos (HF -0,30 mmol/l, HP -0,22 mmol/l). El colesterol LDL disminuyó en los individuos sometidos a las dietas HC y HP, pero tendió a fluctuar en los sometidos a la dieta HF hasta el punto de que los niveles globales fueron significativamente más bajos en el grupo HP que en el grupo HF (-0,28 mmol/l, IC del 95%: 0,04-0,52, p=0,02). De los que seguían la dieta HF, el 25% mostraba un aumento del colesterol LDL de >10%, mientras que esto sólo ocurría en el 13% de los sujetos que seguían la dieta HC y en el 3% de los que seguían la dieta HP.
Conclusiones/interpretación: En la práctica rutinaria, una dieta reducida en carbohidratos y más rica en proteínas puede ser el enfoque global más adecuado para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Para conseguir beneficios similares con una dieta HC, puede ser necesario aumentar los cereales integrales ricos en fibra, las legumbres, las verduras y las frutas, y reducir los ácidos grasos saturados en mayor medida de lo que parece lograrse con la aplicación de las directrices actuales. El enfoque de la HF parece ser exitoso para la pérdida de peso a corto plazo, pero los niveles de lípidos deben ser monitoreados. Los posibles efectos nocivos de la dieta a largo plazo siguen siendo motivo de preocupación.