Algunos ciclistas de montaña comienzan a montar con pedales automáticos y nunca prueban los pedales planos, pero hay algunas razones por las que los ciclistas de todos los niveles deberían considerar hacer el cambio: no es necesario hacerlo durante toda la temporada, pero unas pocas semanas montando pedales planos pueden mejorar en gran medida tus habilidades técnicas y tu economía de conducción en los senderos.

«Los pedales planos son una forma absolutamente fantástica de mejorar la conducción. Al cien por cien, la gente debería aprender a montar con pedales planos», dice Rab Wardell, fundador de The Dirt School, que enseña habilidades de ciclismo de montaña en persona y a través de una aplicación online. Wardell dice que los pedales planos son especialmente buenos para identificar las zonas en las que se esconden los problemas. «La gente se acostumbra a los tacos y progresa demasiado rápido, sin habilidades fundamentales», dice, pero el cambio te obliga a retroceder y aprender la técnica correcta.

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Por ejemplo, «montando con calas, a veces aprendes a estabilizar la bicicleta tirando de ella hacia ti, en lugar de ponderar y desponderar dinámicamente», dice Wardell. Los pedales planos, por el contrario, evitan que hagas trampas y te enseñan a mover tu cuerpo y tu bicicleta de forma eficiente sobre cualquier cosa. El perfeccionamiento de estas habilidades básicas puede significar la diferencia entre pasar por encima de un palo y saltar sobre un tronco enorme: puedes fingir el palo, pero el tronco va a suponer un problema mucho mayor si la posición de tu cuerpo no es la correcta.

El cambio a los pedales planos no es para los débiles de corazón; significa pasar tiempo centrado en la habilidad en lugar de la potencia, y eso puede asustar a algunos ciclistas. Sin embargo, los resultados merecen la pena. «Tienes que querer hacerlo, tienes que querer mejorar. Pero te convertirá en un mejor ciclista», promete Wardell. He aquí cómo el cambio a los pedales planos puede ayudar a los ciclistas principiantes, intermedios y expertos.

Principiantes: Equilíbrate

«Mucha gente no se equilibra bien en una bicicleta de montaña; van con la rueda trasera inclinada, con el peso demasiado atrás», explica Wardell. Esto dificulta las maniobras y puede hacer que la rueda delantera se desplace en las curvas. «Pero si consigues adquirir el hábito de ponderar la moto dejando caer los talones, estarás más equilibrado, lo que mantiene la moto realmente estable y te da una gran plataforma para mantenerte en pie». Recomienda ir a algún lugar realmente sencillo al principio -incluso un aparcamiento- para practicar el descenso de los talones. Piensa en conducir suavemente con las piernas estiradas, que es la postura que quieres en un terreno suave.

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Intermedio: Aprende a montar con confianza

Lo bueno de los pedales planos es que ofrecen una sensación de seguridad. Ryan Leech, piloto de trial reconvertido en entrenador, dice que le encantan los pedales planos porque son «una cosa menos en la que pensar y de la que preocuparse» cuando empiezas a probar senderos más técnicos. Cuando no estás enganchado es más fácil poner un pie en el suelo para evitar una caída, y no tendrás que preocuparte por ese lento vuelco cuando no puedas engancharte. Además, dice Leech, «si te gusta saltar, es más fácil eyectarse de la moto si las cosas van mal».

Expertos: Abraza el trabajo duro

Los pedales planos son excelentes para la confianza y las habilidades fundamentales, pero no son sólo para los principiantes. De hecho, Wardell dice: «Hacemos que los expertos utilicen los pedales planos para aprender a cargar y descargar la bicicleta de forma dinámica. Son un trabajo más duro, pero pueden hacerte mucho más suave». Dice Wardell. «Cuando empezamos nuestro curso, la gente se molesta, pero al final, entienden por qué lo hicimos. Cuando vuelven al clipless, es una ventaja, no una necesidad».

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¿Convencido de que quieres probarlo? Wardell dice que la clave una vez que hagas el cambio es bajar ligeramente la tija del sillín. Cuando tu asiento está alto, se interpone en tu camino y no tendrás el rango de movimiento para empujar lo suficiente. «Te conviertes en un pasajero de la bicicleta», dice Wardell, y eso no es lo ideal. Así que cuando cambies, baja un poco el sillín y concéntrate en dejar caer los talones mientras pedaleas para equilibrar adecuadamente tu peso.

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