Mesas a la luz de las velas para dos. Licencias de matrimonio con dos líneas. Artísticos saleros y pimenteros encerrados en un abrazo. Incluso mientras nuestra sociedad ha dado pasos increíbles en la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, la idea de que una relación pueda incluir a más de dos personas ha seguido siendo un tabú -incluso cuando uno de cada cinco estadounidenses afirma que ha tenido una relación con más de una persona.

Según un estudio publicado en el Journal of Sex and Marital Therapy en abril de 2016, el 21 por ciento de las personas ha tenido una relación no monógama -una en la que «todos los miembros de la pareja están de acuerdo en que cada uno puede tener relaciones románticas y/o sexuales con otras parejas.» Los datos, extraídos de 8.718 encuestados en la encuesta anual Singles in America, son claros: el poliamor -tener más de una pareja sexual o romántica, con todos los miembros de la pareja de acuerdo con el acuerdo- es un tipo de relación común.

Pero aunque sea común, eso no significa que sea fácil de entender. Esto se debe en parte a que cada relación poliamorosa es única. A diferencia de una relación abierta, en la que los miembros de la pareja pueden llegar a un acuerdo para tener relaciones sexuales con personas ajenas a la relación, pero siguen comprometidos a amarse sólo entre sí, las personas poliamorosas suelen comprometerse a amar a múltiples parejas.

Mientras que algunas relaciones poliamorosas consisten en un grupo de personas que tienen todas relaciones entre sí -lo que se considera una relación poliamorosa «cerrada»-, otras tienen parejas que pueden o no conocer a las otras personas con las que se relacionan. Y mientras que algunos individuos consideran el poliamor una parte central de su identidad sexual y se identifican como «poliamorosos», otros pueden involucrarse en relaciones poliamorosas, pero no necesariamente lo consideran una parte central de su forma de identificarse.

Las relaciones también pueden variar. Algunas personas poliamorosas ven a todas sus parejas como iguales; otras pueden tener una pareja «principal» con la que pueden vivir, dividir las facturas o considerar su ancla emocional, y luego tienen personas secundarias con las que salen y se comprometen, según los términos establecidos entre el individuo y su principal.

Pero una cosa es consistente: El poliamor tiene que ver con el respeto, la comunicación abierta y la capacidad de vivir el amor en términos que funcionen para las personas involucradas en la relación. Aquí, tres personas poliamorosas explican cómo funciona para ellos, y aclaran algunos conceptos erróneos comunes que la gente puede tener sobre el estilo de vida.

San Francisco

Casada con novio

Desde que era adolescente, Stryker se identificó como poliamorosa y lo ha practicado a lo largo de varias relaciones. «Cuando estaba en el instituto, tenía un novio que tenía otro novio, y los tres salíamos juntos y yo decía: esto es bonito. ¿Por qué tengo que elegir?», dice Stryker. Ahora, Stryker está casada con una mujer trans, con la que lleva cuatro años, y tiene un novio desde hace un año. Aunque su mujer y su novio no son pareja, Stryker dice que todos son amigos. «Es diferente para cada uno, pero para mí es esencial que todos se lleven bien. Se evitan muchos enfrentamientos cuando todos pueden comunicarse directamente»

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