Cómo «Despojar» a su hijo

Groseros, exigentes, malhumorados, quejumbrosos, quejumbrosos e irritables: estos son los rasgos típicos de un niño malcriado.

En algún momento de nuestras vidas, la mayoría de nosotros nos hemos encontrado con un niño malcriado. ¡Algunos de nosotros incluso hemos criado uno! Como todos los villanos adolescentes de las películas de chicas, un niño mimado siempre ha sido mimado. Y el tema de los niños mimados y sus comportamientos interesa no sólo a los padres y profesores preocupados, sino también a los expertos en comportamiento.

En una investigación realizada por el doctor Dan Kindlon, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard, el 88 por ciento de los padres piensa que sus hijos son, al menos, algo mimados. En una encuesta realizada por la revista Parenting, el 42 por ciento de los lectores admitió que su hijo es malcriado, y el 80 por ciento de ellos piensa que malcriar a los niños puede tener repercusiones negativas a largo plazo.

Hay muchas razones por las que los niños son malcriados: la falta de atención de los padres, los padres excesivamente indulgentes y los padres que no establecen fronteras y límites son algunas de ellas.

Entonces, ¿se puede incluso dejar de malcriar a su hijo?

Según Richard Bromfield, PhD., psicólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, cuando los padres pierden el control sobre sus hijos excesivamente indulgentes, se sienten en consecuencia impotentes y confundidos sobre cómo tratarlos. Si usted se encuentra entre los muchos padres arrepentidos que buscan la manera de despojar a su hijo, tenemos buenas noticias para usted: es posible recuperar el control como padre con un poco de esfuerzo.

«Despojar» a un niño mimado es como desenredar un ovillo de cables enredados. Es un proceso tedioso y lleva tiempo. Será especialmente difícil para los padres que están acostumbrados a ceder a las exigencias del niño. Pero con empeño, podrá resistir la prueba de las rabietas y los frenesíes mezquinos.

Cómo «desenredar» a su hijo:

Establezca y practique nuevas reglas y límites en casa.

Desde hace muchos años, los psicólogos han subrayado la importancia de nutrir a los niños para el desarrollo de su personalidad. Establecer unas sencillas normas básicas para responder con consideración a los demás en casa podría sentar las bases del progreso de tu hijo. Si su hijo trata a los demás de forma egoísta, dígale con firmeza que ese tipo de comportamiento no está permitido en la casa. Según Donna Corwin, autora de libros de paternidad, los límites dan seguridad a los niños porque pueden predecir si el resultado de sus acciones recibirá respuestas negativas o positivas por parte de los adultos.

Deja de intentar hacer feliz a tu hijo si quieres que sea feliz.

Todos los padres quieren lo mejor para su hijo, pero es poco práctico desvivirse por conseguir todos los detalles para su felicidad. Debes dejar de crear un mundo de burbujas para tu hijo, en el que su felicidad es lo más importante, porque la vida no está llena de felicidad y satisfacción. Al no proteger a tu hijo y ser sobreprotector, le estás entrenando para tolerar la infelicidad, la decepción y el fracaso. Cuando dejas de intentar hacerles felices siempre, preparas a tu hijo para enfrentarse al mundo real fuera de esa burbuja.

Anima a tu hijo a cambiar comportamientos

Introducir la empatía en tu hijo es un aspecto notable para empezar a desempolvar a tu hijo. Según la Dra. Michele Borba, la enseñanza de la empatía es un factor crítico para criar a un niño feliz con una mentalidad sana. La empatía es el «pegamento» significativo que mantiene las relaciones que su hijo tiene con las personas que le rodean en el mundo exterior.

Enseñe a sus hijos a ponerse en el lugar de otras personas. Si ayudas a tu hijo a entender lo que sus acciones desagradables hacen sentir a los demás, puede aprender a preocuparse por la gente que le rodea. Enseñar a tu hijo a ser paciente es otro paso importante. Para tener éxito, debe mostrar paciencia y convertirse en un modelo para su hijo.

Absténgase de hacer regalos innecesarios

Recuerde que los regalos materiales nunca compensarán el amor y el cuidado de un padre. Según el Dr. Richard Bromfield, «si lo recibes todo, no aprendes la gratitud. Si nunca tienes que esperar, no aprendes la paciencia». También sugiere que dar a los niños todo lo que quieren -juguetes, artilugios y ropa- en lugar de su cuidado y atención les priva de valiosas lecciones de vida. No cedas a las rabietas de tu hijo, aunque te sientas tentado, para frenar el alboroto. Dale a tu hijo atención en lugar de regalos pasando tiempo con él. Escuche y haga saber a sus hijos que usted está ahí si necesitan ayuda con cualquier cosa.

No pierda la calma

Si su hijo comete errores accidental o deliberadamente, el castigo corporal no es la respuesta. Según el psicólogo Alan Kazdin, director del Yale Parenting Center, un castigo leve, como un breve tiempo fuera, es más eficaz que los castigos severos. Elogiar a los niños sólo por sus buenas acciones también puede suponer una diferencia positiva en su desarrollo conductual.