No hay forma de evitarlo: Si invierte en acciones, en algún momento, lo más probable es que pierda dinero. A veces, la pérdida es inmediata y clara, como ocurre cuando una acción que compró a un precio superior se ha desplomado. En otros casos, tus pérdidas no son tan aparentes porque son más sutiles y tienen lugar durante un periodo de tiempo más largo.
Las pérdidas en el mercado de valores vienen en diferentes formas, y cada uno de estos tipos de pérdidas puede ser doloroso, pero usted puede mitigar el aguijón con la mentalidad correcta y la voluntad de aprender de la situación.
Pérdida de capital
Esta forma de pérdida es la más simple y quizás la más dolorosa: Usted compra una acción y luego ve cómo el precio baja y se mantiene a la baja. En algún momento, decide poner fin al dolor y venderla. Este tipo de pérdida se denomina pérdida de capital porque el precio al que vendió un activo de capital fue inferior al coste de su compra.
Puede utilizar una pérdida de capital para compensar un beneficio de la venta de un activo de capital, lo que se conoce como ganancia de capital, a efectos fiscales. Una pérdida (o ganancia) de capital se caracteriza como a corto plazo si usted poseía el activo durante un año o menos. Si ha poseído el activo durante más de un año, la pérdida se considera a largo plazo.
Pérdida de oportunidad
Otro tipo de pérdida es algo menos dolorosa y más difícil de cuantificar, pero sigue siendo muy real. Por ejemplo, puede haber comprado 10.000 dólares en una acción de crecimiento caliente, y un año después, tras algunos altibajos, la acción está muy cerca de lo que pagó por ella.
Podría estar tentado de decirse a sí mismo «Bueno, al menos no he perdido nada». Pero eso no es cierto. Inmovilizaste 10.000 dólares de tu dinero durante un año y no recibiste nada a cambio. Si hubiera guardado su dinero en otro lugar, como por ejemplo en un certificado de depósito (CD), habría ganado al menos un poco de interés durante ese mismo año. Esto se conoce como pérdida de oportunidad o coste de oportunidad.
Toda compra de acciones comienza con una medición frente a una inversión de menor riesgo, como un pagaré del Tesoro estadounidense. Pregúntese si la ganancia potencial de la compra de una acción concreta merece el riesgo adicional.
Cuando una acción no va a ninguna parte o ni siquiera iguala la rentabilidad de menor riesgo de un bono, ha experimentado una pérdida de oportunidad: la posibilidad de haber ganado más dinero poniendo su dinero en una inversión diferente. Se trata básicamente de un intercambio que le hizo perder la otra oportunidad.
Pérdida de beneficios perdida
Este tipo de pérdida se produce cuando se observa que una acción tiene una subida importante y luego retrocede, algo que puede ocurrir fácilmente con las acciones más volátiles. No hay mucha gente que acierte a predecir la cima o el fondo de un mercado o de una acción individual. Es posible que sienta que el dinero que podría haber ganado es dinero perdido, dinero que habría tenido si hubiera vendido en el punto más alto.
Muchos inversores se quedan quietos y esperan que la acción se recupere y vuelva a alcanzar el punto más alto, pero puede que eso nunca ocurra. Y si lo hace, algunos inversores pueden tener la tentación de aguantar de nuevo, con la esperanza de obtener beneficios aún mayores, sólo para ver cómo el valor vuelve a retroceder. El mejor remedio para este tipo de pérdidas es tener una estrategia de salida y conformarse con un beneficio razonable.
No intente exprimir hasta el último centavo de una acción midiendo el tiempo del mercado. Se arriesgará a la posibilidad de un retroceso y una pérdida de beneficios.
Pérdida de papel
Puede decirse a sí mismo que «si no vendo, no he perdido nada», o «su pérdida es sólo una pérdida de papel». Aunque sólo es una pérdida sobre el papel y no en su bolsillo (todavía), la realidad es que si su inversión en una acción ha sufrido un golpe importante, debe decidir qué hacer al respecto.
Si cree que las perspectivas a largo plazo de la empresa siguen siendo buenas y es un inversor de valor, podría ser un buen momento para aumentar sus participaciones. Por otro lado, su pérdida de papel se convertirá en una pérdida de oportunidad si la acción sigue teniendo un rendimiento inferior.
Cómo afrontar sus pérdidas
Nadie quiere sufrir una pérdida de ningún tipo. Sin embargo, no hay que dejar que el ego se interponga en la toma de la decisión correcta cuando ésta se produce. El mejor curso de acción suele ser cortar las pérdidas y pasar a la siguiente operación.
Después de sufrir una pérdida en el mercado, conviértala en una experiencia de aprendizaje que pueda ayudarle a seguir adelante.
- Analice sus elecciones: Revise las decisiones que tomó con nuevos ojos cuando haya pasado algún tiempo. ¿Qué habrías hecho diferente en retrospectiva y por qué? Si hubiera actuado de forma diferente, ¿habría perdido menos o quizás nada? Responder a estas preguntas puede ayudarle a evitar cometer el mismo error dos veces.
- Recupere lo que perdió: Apriétese el cinturón financiero durante un tiempo si es necesario y, si la pérdida es lo suficientemente pequeña, es posible que pueda recuperarla con un poco de disciplina. Recupere ese dinero y vuelva a intentarlo, teniendo en cuenta lo aprendido para la próxima vez que el mercado se tambalee.
- No deje que las pérdidas le definan: Mantenga la pérdida en su contexto y no la tome como algo personal. Recuérdese a sí mismo que muchas otras personas sufrieron un golpe como el suyo, tal vez incluso más que usted. La pérdida no le define, pero puede convertirle en un mejor inversor si la gestiona correctamente.
The Balance no ofrece servicios ni asesoramiento fiscal, de inversión o financiero. La información se presenta sin tener en cuenta los objetivos de inversión, la tolerancia al riesgo o las circunstancias financieras de cualquier inversor específico y podría no ser adecuada para todos los inversores. Las rentabilidades pasadas no son indicativas de resultados futuros. Invertir implica un riesgo que incluye la posible pérdida del capital.