¿Hemos abrazado por fin a los hombres con tacones? Las ventas están en alza desde 2017 y las búsquedas de «tacones para hombres» han crecido un 30%, según Lyst.co.uk.

Tal vez de forma inesperada, el tacón de aguja está siendo utilizado para articular lo que significa ser un hombre en la era post#MeToo. En octubre, Johannes Radebe, de Strictly Come Dancing, se puso unos memorables tacones de aguja para una coreografía de homenaje a la escena del baile de Nueva York, y los usuarios de Twitter le elogiaron por «acabar con la masculinidad tóxica en todo el Reino Unido en 2 minutos».

Y a principios del año pasado, el cantante Sam Smith publicó una foto de unas botas de tacón con la leyenda: «Esta noche he llevado tacones por primera vez en una entrega de premios… Hubo un momento en el que pensé que nunca jamás sería capaz de ser yo misma así delante de la industria o de nadie».

El diseñador de moda Marc Jacobs ha pasado gran parte de este año publicando selfies con enormes botas de tacón también. «Creo que hay algo increíblemente refrescante en el hecho de que un diseñador masculino como Marc Jacobs se atreva a llevar tacones altos», dijo Andrew Groves, profesor de diseño de moda en la Universidad de Westminster. «Los tacones se han convertido en un potente símbolo de poder y estatus, y paradójicamente de dominio y sumisión». De hecho, el tacón de aguja en un hombre sigue siendo una imagen que provoca indignación; a principios de este mes, un retrato desnudo del revolucionario mexicano Emiliano Zapata, que sólo llevaba tacones y un sombrero rosa, causó indignación en México, y un portavoz de los manifestantes lo calificó de «repugnante».

El crecimiento del tacón masculino se ha expandido más allá del stiletto, ya que la moda ha adoptado diferentes tipos de zapato de tacón, con Gucci, Maison Margiela y Saint Laurent mostrando las botas Chelsea, de jacquard y de punta partida, así como los mocasines de tacón. Celebridades masculinas como Shawn Mendes, Harry Styles y Timothée Chalamet han experimentado con un zapato de tacón apilado en la alfombra roja, inspirándose en iconos del glam rock como los New York Dolls, Kiss y David Bowie. La diseñadora Laurence Dacade ha dicho que las botas altas que fabrica cambian la forma de andar de sus clientas para que «se sientan más poderosas y sexys», y ha añadido que su producto más vendido es «un botín de David Bowie con un tacón de 6 cm».

Los años 70, en los que el género se difumina, son un punto de referencia importante para los diseñadores esta temporada, «sobre todo por la forma en que la masculinidad se representaba como algo que podía ser a la vez extravagante, decorativo y todavía muy potente», dijo Ellen Sampson, la autora del próximo libro Worn: Footwear, Attachment and Affects of Wear. «La década de los 70 fue testigo de un renacimiento de los años 30/40 que estimuló el interés por las formas de los zapatos de los años 40, en particular las plataformas de estilo Ferragamo, que recientemente inspiraron la plataforma de Gucci».

Una mezcla de tiempo, género, raza y política de calzado también fue visible en la «agenda yeehaw» del año pasado -una actualización del look vaquero impulsada por la conciencia negra- que GQ calificó como «la mayor tendencia de moda surgida de Internet este año». La silueta de bota vaquera con tacón de Yeehaw ha sido adoptada por diseñadores como Amiri, Haider Ackermann y Céline y llevada por personajes como Lil Nas X, Diplo y Post Malone. «Las botas vaqueras se han convertido en una de las favoritas de las personas influyentes en materia de estilo y no es de extrañar que hayamos visto un aumento de las búsquedas en eBay este año», afirma Helen Riley, directora de adquisición de moda de eBay UK, que ha registrado un aumento del 32% en las búsquedas desde octubre. «Imagino que es una tendencia que continuará en el nuevo año». El impacto del Yeehaw ha socavado astutamente el ethos de la actual administración estadounidense. «En la América de Trump, el vaquero es una representación tan simbólica de los ideales americanos de masculinidad que se ha vuelto maduro para ser apropiado y subvertido», dijo Groves.

Paradójicamente, este año también expuso la complicada relación de las mujeres con el tacón. Las trabajadoras de Japón lucharon contra un edicto de uso obligatorio de tacones en el trabajo y, en agosto, Women’s Wear Daily publicó un artículo en el que se preguntaba «¿han hecho las zapatillas de deporte irrelevantes los tacones de aguja?»

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