Actualización clínicaDiagnóstico del síndrome de salida torácica

El síndrome de salida torácica (SST) es una etiqueta inespecífica. Al emplearla, se debe definir el tipo de TOS como TOS arterial, TOS venoso o TOS neurogénico. Cada tipo tiene síntomas y hallazgos físicos diferentes, por lo que los tres tipos pueden identificarse fácilmente. El TOS neurogénico (NTOS) es, con mucho, el más común, ya que comprende más del 90% de todos los pacientes con TOS. El TOS arterial es el menos común y no representa más del 1%. Muchos pacientes son diagnosticados erróneamente como TOS «vascular», una denominación errónea e inespecífica, cuando en realidad tienen NTOS. Se ha demostrado que la prueba de Adson, consistente en observar un déficit de pulso radial en posiciones de provocación, no tiene valor clínico y no se debe confiar en ella para hacer el diagnóstico de ninguno de los tres tipos. La prueba es normal en la mayoría de los pacientes con NTOS y al mismo tiempo puede ser positiva en muchos voluntarios de control.

El TOS arterial está causado por émbolos que surgen de estenosis o aneurismas de la arteria subclavia. Los síntomas son los de la isquemia arterial y las radiografías casi siempre revelan una costilla cervical o una primera costilla anómala. El TOS venoso se presenta con hinchazón del brazo, cianosis y dolor debido a la obstrucción de la vena subclavia, con o sin trombosis. El TOS neurogénico se debe a la compresión del plexo braquial, normalmente a causa de la cicatrización de los músculos escalenos secundaria a un traumatismo cervical, siendo las lesiones por latigazo cervical las más frecuentes. Los síntomas incluyen parestesia, dolor y debilidad en las extremidades, así como dolor de cuello y cefalea occipital. La exploración física es lo más importante e incluye varias maniobras de provocación, como la rotación del cuello y la inclinación de la cabeza, que provocan síntomas en la extremidad contralateral; la prueba de tensión de las extremidades superiores, que es comparable a la elevación de la pierna recta; y la abducción de los brazos a 90° en rotación externa, que suele provocar síntomas en 60 segundos.