Descripción del libro
Este libro defiende una teoría mixta del castigo legal que trata tanto la reducción del crimen como la retribución como objetivos importantes del estado.
Una cuestión central en la filosofía del derecho es por qué está justificado el castigo del estado a sus propios ciudadanos. Tradicionalmente, dos teorías del castigo han dominado el campo: el consecuencialismo y el retributivismo. Según el consecuencialismo, el castigo está justificado cuando maximiza los resultados positivos. Según el retributivismo, los delincuentes deben ser castigados porque lo merecen. Este libro reconoce la fuerza de ambas posiciones. Según el modelo de dos niveles, la institución del castigo y las penas establecidas por el legislador se justifican en función de sus costes y beneficios, en términos de disuasión y rehabilitación. La ley existe para preservar el orden público. Los tribunales penales, por el contrario, determinan quién es castigado y en qué medida en función de lo que merecen los delincuentes. Los tribunales expresan el sentimiento colectivo de resentimiento de la comunidad por haber sido agraviada.
Este libro apoya el modelo de dos niveles mostrando que concuerda con nuestras intuiciones morales, las teorías de la libertad comúnmente sostenidas (compatibilistas) y los supuestos sobre cómo el alcance de nuestro conocimiento afecta a nuestras obligaciones. El libro aborda trabajos clásicos y contemporáneos de la filosofía del derecho y explica las ventajas de la teoría sobre los enfoques competidores de los retributivistas y otros teóricos mixtos. El libro también defiende el consecuencialismo frente a una antigua objeción de que las ciencias sociales nos dan poca orientación sobre qué políticas adoptar. Basándose en investigaciones criminológicas recientes, el modelo de dos niveles puede ayudarnos a abordar algunos de nuestros problemas sociales más acuciantes, como la pena de muerte, la política de drogas y el encarcelamiento masivo. Este libro será de interés para filósofos, juristas, políticos y científicos sociales, especialmente criminólogos, economistas y politólogos.