Como técnico de atención al paciente, tiene la importante responsabilidad de mantener a los que están bajo su cuidado tan felices y cómodos como sea posible. Los pacientes encamados corren un mayor riesgo de sufrir úlceras por presión. Las úlceras de decúbito se producen cuando se aplica presión o se restringe el flujo de aire a zonas concentradas de la piel durante periodos prolongados, lo que hace que la piel muera y se formen dolorosas y molestas úlceras. Las zonas con menos músculo y grasa, como el coxis, las caderas, los talones y los codos, son las más propensas a desarrollar llagas. Estas heridas no sólo son incómodas, sino que también pueden poner a su paciente en riesgo de infección.
Aunque es difícil de esquivar con ciertos pacientes, hay ciertas medidas que pueden tomarse para evitar las escaras. He aquí cinco consejos para prevenir las escaras en los pacientes encamados.
1: Mantenga su piel sana
La hidratación y la nutrición adecuadas son cruciales para prevenir las escaras. Cuando el cuerpo interno está bien cuidado, la piel será menos propensa a las llagas y a cualquier infección resultante. Una dieta adecuada y el aumento de los niveles de hidratación permiten que la piel tenga todo su potencial a la hora de soportar el reposo en cama. Nutrir al paciente con una buena dieta y un programa de hidratación también puede ayudar con nuestro siguiente consejo.
2: Ejercicio
Aunque entendemos que su paciente puede tener una movilidad independiente limitada mientras está postrado en la cama, es importante realizar el mayor movimiento posible con él, ya que es una de las formas más efectivas de conseguir el flujo de aire a todas las partes del cuerpo. Como puede imaginar, este es también un ámbito en el que una dieta e hidratación adecuadas podrían ser de gran ayuda para conseguir que los niveles de energía de su paciente aumenten lo suficiente como para realizar algunos ejercicios sencillos. Empiece con tareas más pequeñas, como levantar un brazo durante 10 segundos cada vez, con ayuda si es necesario, y trabaje hasta alcanzar las capacidades completas de su paciente.
3: Cambios de posición
Este es el consejo número uno que se recomienda cuando se trata de prevenir las úlceras de decúbito en sus pacientes: cambiar de posición a su paciente con frecuencia. Intente cambiarlos de posición al menos una vez cada dos horas, y tenga cuidado de atender los puntos de alta presión o las partes del cuerpo de alto riesgo. Revisa su piel con frecuencia para asegurarte de que no hay ninguna irritación que indique las primeras fases de una llaga. Si el paciente es capaz de hacerlo, levantarlo de la espalda y ponerlo de lado puede ser un gran alivio. El reposicionamiento reubica la presión del peso corporal del paciente y la distribuye de forma más uniforme a lo largo del día. También permite que el aire llegue a puntos que antes no recibían. El flujo de aire y la disminución de los puntos de presión son las dos claves principales para prevenir las úlceras y el reposicionamiento frecuente ayuda a ambos procesos.
4: Acolchado adicional
Muchos técnicos de atención al paciente consideran útil colocar almohadas bajo los puntos de mayor presión, como el coxis o los hombros, para intentar aliviar parte de la presión que se ejerce sobre la piel. En el caso de los pacientes menos móviles, puede ser útil un acolchado adicional en general para aliviar la presión en todo el cuerpo. Este tipo de acolchado más general suele venir en forma de un topper de espuma para la cama que alivia la presión que el cuerpo del paciente ejerce sobre la superficie. Mientras que las almohadas son más específicas, el acolchado general le permite reposicionar a alguien con más facilidad que tener la carga adicional de las almohadas, por lo que puede funcionar bien con pacientes inmóviles o inconscientes que no pueden ayudar en su reposicionamiento.
5: Mantenga todo limpio y seco
Mantener la piel y la ropa de cama de su paciente desinfectada y seca es clave para reducir el riesgo de llagas e infecciones. Asegúrese de bañar a sus pacientes con frecuencia y de limpiar todos los lugares de difícil acceso, aunque tenga que pedir ayuda adicional. En esos lugares, a menudo olvidados, es donde se formarán las llagas si no eres lo suficientemente diligente con el proceso de limpieza. Asegúrate de secar bien a tu paciente antes de volver a ponerlo en la ropa de cama. La piel húmeda atrapada contra la cama no se secará y, por lo tanto, supurará, cultivando increíbles cantidades de bacterias que pueden irritar la piel y aumentar la susceptibilidad a las llagas.
Pase la piel y deje que se seque completamente antes de seguir adelante. Estos mismos principios se aplican también a las almohadas, sábanas y mantas del paciente. Reducir la cantidad de bacterias nocivas a las que está expuesta la piel de su paciente es crucial a la hora de prevenir las llagas. Un entorno insalubre de cualquier manera está poniendo a su paciente en riesgo de posibles peligros para la salud, incluidas las llagas y la irritación de la piel.
¿Es el cuidado del paciente adecuado para usted?
Prevenir las llagas en los pacientes encamados es a menudo difícil y de alto mantenimiento, pero también es una parte tremendamente importante de su cuidado. Ser diligente en el cuidado adecuado de su piel y proporcionarles la experiencia más cómoda que puedan tener mientras estén postrados en la cama es una parte crucial de sus deberes como profesional sanitario. Si usted sigue todos estos consejos y permanecer atento a las necesidades individuales de su paciente, usted debe ser el fomento de un paciente más feliz y más saludable.
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